La temporada de exámenes ya está aquí, y sabemos lo estresante que puede ser esta época del curso para nuestros estudiantes. Para muchos de vosotros, hay mucho en juego en este momento.
Después de casi un curso entero, es probable que tengas muchos temas que repasar, y a veces puede resultar difícil saber por dónde empezar. Aunque no sepas cuál es la mejor manera de estudiar, hay muchos métodos que puedes probar y cuya eficacia está científicamente demostrada.
Hemos analizado diferentes estudios y hemos reunido 4 técnicas de repaso que te ayudarán a retener la información, a sacar el máximo partido de tus sesiones de estudio y, con suerte, a rendir al máximo durante los exámenes. Cada persona es única, por lo que es posible que sólo una de estas técnicas te funcione. Sin embargo, una vez que encuentres tu forma ideal de aprender, estudiar para los exámenes te resultará muchísimo más fácil.
REPETICIÓN ESPACIADA
La repetición espaciada es una técnica de repaso que consiste en espaciar las sesiones de estudio en el tiempo. En lugar de concentrar todo el temario en una larga sesión, se distribuye a lo largo de varios días o semanas. La idea que subyace a la repetición espaciada es que, al retomar la información tras un breve descanso, podrás recordarla mejor a largo plazo.
Hay muchos estudios científicos que avalan la repetición espaciada: uno de ellos concluyó que puede mejorar la retención de la memoria a largo plazo hasta en un 50%.
Para utilizar la repetición espaciada, puedes crear un programa que reparta el temario a lo largo de un periodo de tiempo. Por ejemplo, puedes decidir repasar una hora al día durante dos semanas antes del examen, en lugar de hacer una sesión maratoniana la noche anterior.
RECUPERACIÓN ACTIVA
Esta técnica consiste en recordar información de memoria, en lugar de leerla una y otra vez. Esto puede ayudar a reforzar las vías neuronales y mejorar el rendimiento en los exámenes. Muchos estudios han demostrado que el recuerdo activo es muy eficaz. Por ejemplo, un estudio reveló que los estudiantes que utilizaban técnicas de recuerdo activo obtenían mejores resultados en los exámenes que los que se limitaban a repasar sus apuntes.
Para utilizar el recuerdo activo, puedes crear fichas o ponerte pruebas a ti mismo, o puedes intentar enseñar el temario a otra persona, ya que tienes que te obligarás a recordar la información para poder enseñársela.
InterCALACIÓN
La intercalación consiste en mezclar distintos temas durante las sesiones de repaso. Por ejemplo, si estás estudiando para un examen de matemáticas, puedes alternar entre problemas de álgebra y problemas de geometría, en lugar de centrarte en un tipo de problema cada vez.
Esto ayuda a mejorar la retención a largo plazo de información compleja, ya que obliga al cerebro a trabajar más. Prueba a alternar entre distintos temas y módulos durante tus sesiones de estudio para utilizar este método con eficacia.
INTERROGACIÓN ELABORATIVA
Esta técnica consiste en hacerse preguntas del tipo “por qué” sobre lo que se está estudiando. Por ejemplo, si estás estudiando la estructura de los átomos, podrías preguntarte “¿Por qué los átomos tienen protones y neutrones?”. Esto puede ayudarte a profundizar en tu comprensión al obligarte a pensar críticamente sobre ello. Un estudio publicado en el Journal of Educational Psychology descubrió que los estudiantes que utilizaban técnicas de interrogación elaborativa obtenían mejores resultados en los exámenes que los que se limitaban a leer y releer sus apuntes.
Estos son sólo algunos ejemplos de métodos de repaso que pueden ayudarte a sentirte más seguro y preparado para tus exámenes. Pruébalos y descubre cuál te funciona mejor. Buena suerte.