El Día Mundial de la Salud Mental en la Universidad, organizado por Student Minds, tendrá lugar el 14 de marzo de 2024, reuniendo a toda la comunidad universitaria para poner foco en la salud mental y crear cambios permanentes que mejoren el bienestar de los estudiantes.
Un factor que tiene gran impacto en el bienestar de los jóvenes y que a menudo pasamos por alto es la conexión entre la dieta y el estrés. Nuestros partners Venner Nutrition han escrito este artículo para darte todos los detalles que necesitas para mejorar tu salud mental a través de la nutrición.
Con la presión de los estudios y el día a día en la universidad, controlar lo que comemos puede resultar complicado, cosa que puede influir significativamente en nuestra capacidad para controlar el estrés. En este artículo, exploraremos cómo los estudiantes pueden nutrir sus cuerpos y mentes a la vez de forma eficaz.
ENTENDER de dónde viene EL ESTRÉS
El estrés es una reacción natural a los desafíos, que desencadena diversas respuestas físicas en nuestro organismo. El cortisol, conocido como la “hormona del estrés”, es una pieza clave en este proceso. Aunque un poco de estrés puede ser motivador, el estrés a largo plazo y los altos niveles de cortisol pueden dañar tanto la salud mental como la física.
EL PAPEL DE LA DIETA
Los estudios demuestran que nuestra dieta influye directamente en nuestros niveles de estrés. Los alimentos ricos en azúcar, carbohidratos refinados y grasas saturadas pueden empeorar el estrés al provocar inflamación y desequilibrios hormonales. Por el contrario, una dieta rica en alimentos integrales – como frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables- aporta nutrientes que favorecen el estado de ánimo y la resistencia frente al estrés.
CONTROLAR LOS NIVELES DE CORTISOL
Ciertos alimentos pueden ayudar a regular los niveles de cortisol y favorecer la relajación. Los ácidos grasos omega-3 del pescado y las semillas de lino, así como los antioxidantes de las bayas, el chocolate negro y el té verde, son beneficiosos para controlar el estrés.
organizar las comidas
En épocas de estrés, como durante los exámenes, es fundamental organizarse bien las comidas. Planificar comidas equilibradas, tomar tentempiés nutritivos y respetar los horarios para comer proporciona estabilidad en medio del caos. Establecer una rutina de comidas también ayuda a regular el apetito, la energía y el estado de ánimo.
EVITAR LA COMIDA BASURA
Aunque resulte tentador, recurrir a la comida basura durante épocas de estrés puede empeorar la situación. Estos alimentos, ricos en azúcares y grasas poco saludables, alteran los niveles de azúcar en sangre, lo que provoca fatiga e irritabilidad. El consumo prolongado de comida basura también está relacionado con problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad.
Si somos conscientes de lo que comemos y tomamos decisiones saludables, gestionaremos mejor el estrés, dando prioridad a la salud mental.
LISTA DE Do’s Y Don’ts
Para terminar, aquí tienes una lista de cosas que debes y no debes hacer para controlar el estrés a través de la nutrición.
DO’S
- Dar prioridad a los alimentos integrales: mucha fruta, verdura, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables.
- Hidrátate: toma entre 8-10 vasos de agua al día.
- Incluye alimentos que reduzcan el estrés; pescado graso (salmón, caballa), frutos secos y semillas, bayas, verduras de hoja verde oscura y chocolate negro.
- Planificar y preparar: organiza tu alimentación durante los periodos de estrés planificando y preparando las comidas con antelación.
- Busca apoyo: No dudes en buscar apoyo en tu universidad o médico de cabecera si tienes problemas con el estrés o tu relación con la comida.
DON’TS
- Consumir únicamente alimentos procesados, con alto contenido en azúcar, grasas no saludables e ingredientes artificiales.
- Consumo excesivo de estimulantes: limita el consumo de estimulantes como la cafeína y las bebidas energéticas azucaradas.
- Saltarse comidas: los patrones alimentarios irregulares pueden alterar los niveles de azúcar en sangre, aumentar la sensación de irritabilidad y fatiga, y dificultar la concentración y el control del estrés.
- Descuidar prácticas de autocuidado como las horas de sueño adecuadas, la actividad física regular y las técnicas de gestión del estrés, que complementan una dieta saludable.
- Comparar tu dieta o tus hábitos alimentarios con los de los demás. Las necesidades y preferencias nutricionales de cada persona son únicas, así que céntrate en nutrir tu cuerpo de la forma que te parezca más adecuada para ti.